lunes, 13 de junio de 2011

El comienzo de lo nuestro

Esto era un pequeñito pueblo de Cádiz al este. Legaron al pueblo una familia de gitanos. El padre, la madre y su niña, llamada María. María era preciosa, morena, con los ojos marrones. Cuando iban a descargar las cosas del carro, un joven apuesto bajo del caballo y les ayudo, este era Federico, el hijo gitano de la familia más rica del pueblo. Federico se quedo con la cara de María mientras bajaba los bártulos. Después de ayudar a la familia el joven iba a subir de nuevo al caballo, pero el padre de María no le dejo ya que le dijo que se tenía que quedar a cenar con ellos como muestra de agradecimiento. Mientras que se lo metía para casa del brazo cogido le decía que siempre había querido tener un hijo como él y que se iba a chupar los dedos de lo bueno que hace su mujer la tortilla de patata y la gallina frita, mientras que Federico se reía y se sentaba con el padre de María en unas banquetas. Mientras tanto María y su madre preparaban la cena y ordenaban la casa .Después de la cena Federico se despidió de sus nuevos amigos, y quedo con María en la plaza del pueblo ya que esa noche había baile. María se lo dijo a su padre y el acepto ya que ese muchacho le caía muy bien. A las nueve María le esperaba sentada en la fuente del pueblo. Cuando vio llegar al momento a su acompañante en el caballo, derepente unos jóvenes le tiraron de él y le propiciaron una paliza de muerte, que lo dejaron mal herido. Estos personajes se marcharon a toda prisa. María se precipito a ayudarle y le tapo una herida muy profunda que tenia en el brazo con su pañuelo que llevaba en la garganta de color verde.
En ese momento Federico la beso, se sentaron en un banco y le contó todo de porque le habían pegado semejante paliza. Era porque su padre y él tuvieron mal entendido en años anteriores con gente del pueblo y se marcharon. Al tiempo de enriquecerse volvieron. Pero a mi padre no pueden pegarle porque va protegido con sus amigos, le pegan a él. Federico y María esa misma noche se declararon su amor y como muestra de ello tiraron en un pozo que tenían al lado dos objetos muy importantes para cada uno de ellos, así dijo Federico eso nunca se olvidaría ya que siempre quedaría huella. Y en ese instante sentados en el lado del pozo y a oscuras con nada más que el reflejo de la luna como farola, forjaron lo que habían echo con un grandioso beso. En ese mismo instante le dijo que esta gente le habían echo una baranda o sea que lo echaban en menos de una semana. Federico se lo dijo a María que se irían en barco a Italia y vivirían allí con las fortunas de su padre. A la mañana siguiente Federico y María se embarcaron rumbo a Italia ya que sus padres les dieron el visto bueno ya que vieron que estaban enamorados. Ellos vivieron una muy buena vida en la capital de Italia ya que Federico supo invertir en bolsa con acierto.                                              
Héctor Pelegrín Sánchez 4º C

1 comentario:

  1. El relato está bastante bien, y me gusta mucho que hayas llamado al protagonista Federico...

    (pero esos acentos....!!!!)

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